CÓMO SEGUIR?
Cómo apalancar las empresas y emprendimientos en Argentina y transformar las oportunidades que el país tiene en negocios en una economía que promete tasas de crecimiento del 4% para los próximos años? Luego de la fuerte desaceleración de la economía durante 2012, muchos se preguntan cuáles son las señales, los incentivos, los estímulos que tendrá la economía local en 2013-2014 para promover el crecimiento y los negocios de ahora en más, en un contexto donde las fuentes externas no acercan datos demasiado significativos respecto de crecimiento en el corto plazo. Todas las miradas están puestas hacia adentro.
Hace un año, cuando el Gobierno imponía las restricciones sobre la compra de dólares, en una nota titulada La cuestión del dólar, señalaba “el desafío más intenso que nos debería ocupar es el de encontrar y poner en marcha mecanismos nuevos de ahorro para canalizarlos hacia la inversión que permitan potenciar la producción y el empleo”, y agrego recrear el círculo de crecimiento y desarrollo.
En el último año el gobierno ha operado restrictivamente en tres cuestiones y son datos relevantes para quienes deciden inversiones o quieran emprender nuevos negocios: precios, divisas y comercio exterior. Más allá del éxito macro de estas medidas, y del acuerdo o desacuerdo sobre su necesidad y forma de implementación, es todo lo que hay para hacer dentro del esquema económico planteado durante los últimos años y la dinámica económica actual local e internacional?
Se puede hacer algo para que mejore la percepción y decisión de inversores, emprendedores y empresarios pequeños y medianos de modo tal que inviertan y crezcan?
Veamos un poco como está Argentina en cuanto a la facilidad para hacer negocios, un aspecto relevante a la hora de decidir hacerlo. Según los resultados 2012 del ranking que elabora el Banco Mundial sobre facilidad para hacer negocios en distintos países la Argentina ocupa el puesto 124 entre 180 países en ese ranking. (Brasil el 130, Colombia el 45, México el 48, Uruguay el 89, Singapur el 1). En 2012, la Argentina cayó 8 puestos en el ranking, explicado principalmente por las restricciones al comercio que se impusieron desde comienzos de 2012.
Mirando al interior del indicador, nuestro país obtiene posiciones mejores que el nivel general del indicador en: cumplimiento de contratos (puesto 48), obtención de crédito (70) y resolución de insolvencia (94), protección de inversiones (117). Por otra parte muestra posiciones menos privilegiadas en temas como comercio transfronterizo (139), pago de impuestos (149), apertura de un negocio (154), registro de propiedades (135).
Si analizamos la evolución de la inversión, vemos desempeños mixtos. La inversión bruta fija nacional estuvo por encima del 23% casi toda la última década, (en Brasil rondó el 19% y en México el 21-22%). Por su parte, la inversión extranjera fluyó en proporciones mayores en Brasil (2.5% del PBI) y en cierta medida México (2% del PBI) que a la Argentina (1.9% del PBI).
La situación actual no es igual a la de mediados de los 80 previa a la hiperinflación, principios de los 70 previa al Rodrigazo o fines de los 50 previa al cambio económico frondicista, digamos que tiene algunos parecidos a partes de cada una de ellas, pero no es igual a ninguna. Aún más, de no mediar un shock externo negativo significativo o cambio considerable en las condiciones locales por alguna razón, podríamos persistir en esta situación creciendo a una tasa moderada (3-4%), con mini-recesiones al estilo 2012 y algunos años de relativa prosperidad, lo cual parece insuficiente para las aspiraciones de los habitantes y las ambiciones políticas de cualquier gobernante.
Entonces, yendo un poco más allá, enfrentamos problemas objetivos de espacios de rentabilidad para que fluyan las inversiones o es un problema de clima de negocios y de confianza?.
La tasa de rentabilidad promedio de la economía va en caída, sobredodo en sectores consolidados, en concomitancia con el crecimiento y desarrollo logrado durante el último decenio. Pero, hay gran número de proyectos rentabes y de mayor riesgo que no se ejecutan o mueren en el intento por adolecer de los mecanismos financieros necesarios, además de los cambios empresariales y culturales, que operan más lentamente.
Por otra parte, hay ciertos aspectos que hacen entorno de negocios que operan negativamente como las dificultades para transaccionar con el exterior, para abrir negocios nuevos, para administrar las relacionas con la burocracia impositiva y legal o para hacer valer las normas y la aplicación de los derechos de propiedad ensombrecen la percepción de los interesados internos y externos y los invita a no hacer, hacer a medias o hacerlo en otras latitudes. Nos encontramos día a día en los últimos años con proyectos interesantes nacidos en estas latitudes con visiones y liderazgos nacionales que migran o por las dudas tienen “un pie afuera”. Considero que estos problemas son nuestros, los tenemos que resolver aquí, y es preciso lo antes posible.
Es preciso acercarle a todo aquel que tenga proyectos innovadores, sin importar su tamaño, los medios y los canales para que puedan ser probados en el mercado. También es preciso colaborar con quienes sin ser tan innovadores quieren iniciar una actividad nueva para que puedan intentarlo y probar su viabilidad, así también han nacido grandes empresas. También, hay que exigirles resultados concretos. Hay que aceitar los mecanismos del Estado para que quienes proponen cosas nuevas y realmente quieran cambiar el estado de las cosas para bien, sepa y pueda acceder.
La creación de una cultura nueva que compatibilice los intereses generales y particulares lleva tiempo, ya es tiempo!. Crear un círculo virtuoso crecientemente sustentable para toda la sociedad es una materia con asignaturas pendientes y a la vez un deseo de los argentinos. En el último decenio hemos avanzado mucho, ahora viene la tarea fina, la gestión de los detalles que pueden hacer la diferencia, es el tiempo de la microeconomía, a nuestro entender, la reforma pendiente de estos años.