RESUMEN EJECUTIVO
¿Hemos salido de la dinámica económica de los últimos años? ¿Qué consecuencias tiene el nuevo contexto?¿Qué pueden hacer las pymes antes esta nueva situación? ¿qué sectores se beneficiarán en el corto plazo?¿que oportunidades se abren?
SITUACION POST DEVALUACIÓN
La dinámica económica y de mercado que venía funcionando en un esquema de inflación moderada se terminó. El cambio de las condiciones ha sido significativa, y según sea la situación previa a esta crisis de las empresas PyMEs y lo que hagan a partir de ella, serán las posibilidades de sortear el momento y pensar en futuro.
La economía argentina cambió hacia lo que se podría graficar como un intento de realineamiento a la economía global, luego de un período de focalización en el crecimiento de su mercado interno, impulsado luego de la crisis financiera internacional. Si bien las condiciones internacionales no están del todo claras, la configuración económica local estaba chocando con su propia lógica, había ingresado en un período de agotamiento, sin poder renovarse. Los incentivos que favorecían la dolarización de activos y la huída a bienes durables para comprar inflación (en realidad en todo tipo de bienes), fue cortada recientemente con la devaluación de una vez del peso.
En el cortísimo plazo, el nuevo escenario local es de un tipo de cambio más alto, una tasa de inflación más alta, un menor nivel de monetización de la economía, una tasa de interés real igual a cero o levemente negativa. La consecuencia inmediata de esta nueva situación es un nivel de crecimiento más bajo para el corto plazo, es decir un menor nivel de actividad, de ingresos y de gastos. En esta nueva configuración la estrategia del gobierno enfrenta desafíos para que la reconfiguración macroeconómica practicada no lleve al estancamiento económico con alta inflación.
El desafío prioritario es estabilizar los precios a niveles no superiores al 30% y luego hacer descender la tasa de inflación. El reciente lanzamiento de una medida fiable de la inflación era un paso necesario y tomado positivamente por todos.Ahora, el ancla nominal sobre la cual opera la economía hoy, son las paritarias aún no definidas (representa el 50% de los ingresos nacionales). El resultado de las mismas conjuntamente con la coordinación de precios que desarrolla a través de programas, definirán la ganancia real en términos de competitividad precio de la economía, es decir la depreciación real del tipo de cambio. Este aspecto sigue siendo sustancial para nuestro desempeño económico de corto plazo, ya que la economía argentina aún no se ha desarrollado lo suficiente como para apalancarse en otros aspectos de la competitividad.
Si el gobierno logra encauzar la economía en términos de precios y de negociaciones financieras que ha relanzado con el Club de Paris, YPF y demás, conformarán un escenario más propicio para atraer inversiones y desahogar las finanzas públicas a través de la renovación de deuda.
El éxito de esta parte de la táctica tiene tiempos propios y ajenos, por lo cual el desenlace es difícil de estimar, el dato positivo es que a nivel declarativo se detectan intereses comunes de resolución.
En fin, la estrategia que el gobierno ensaya es desandar el camino de las restricciones negativas para el desenvolvimiento económico local, y realinear, en alguna medida, la economía nacional con la internacional en materia real y financiera. La devaluación nominal fue el primer paso, con consecuencias concretas sobre la economía nacional. No obstante, el comienzo es reciente y la efectividad de las medidas se medirá en los próximos meses.
CONSECUENCIAS PARA LOS SECTORES
¿Que podemos esperar en el corto plazo de la nueva situación?. En primer lugar, los cambios recientes tienen en los próximos tiempos, ganadores y perdedores inmediatos, así como consecuencias horizontales que afectan a todos. Estimando un curso de las cosas tendiente a la normalización de un nuevo escenario de estabilidad macroeconómica, podemos determinar que bajo un escenario de relativo éxito de las políticas hay dos ganadores claros:
- Los sectores y empresas exportadoras
- Las sustitutivas de importaciones con bajo componente de importados.
Los perdedores son los sectores sustitutivos con alto contenido de importados y los sectores de bienes no transables. Sin embargo, situarse en uno u otro lado no solo depende del cambio de políticas, sino también de las decisiones y la gestión de cada empresa.
La consecuencia positiva puede resumirse en la mejora de la competitividad precio, a condición que el tipo de cambio real sea efectivamente más alto (y también traccionen los mercados externos). En el corto plazo, las empresas locales exportadoras y sustitutivas de bajo contenido importado tendrán una ventaja, ya que podrán mejorar su rentabilidad en pesos.
Las consecuencias negativas estarán dadas por una menor demanda interna, tasas de interés más altas, presión de costos por insumos importados más caros, acortamiento de plazos de pagos. Si bien esto impactará sobre todos los sectores, lo sufrirán más aquellas empresas que no se encuentren diversificadas en cuanto a mercados y dependan más del mercado local. Todo depende de la nivel de la caída. Una vez más, la visión global de la empresa juega un rol ante los cambios de condiciones.
LAS PYMES EN ACCIÓN
Así como se realinea la economía local, las PyMEs tendrán que seguir el mismo camino.
Las que dependan en un alto porcentaje del mercado local, tendrán varios desafíos en el corto plazo. El primero será cuidar sus finanzas, porque la caída del gasto debido al menor nivel de actividad y la previsible cautela con la que se comportarán los consumidores, impactará directamente sobre el flujo de caja. A esto se le suma la suba de la tasa de interés y cierta restricción crediticia de proveedores y bancos que dificultarán el movimiento de caja.
En segundo lugar, cuidar la rentabilidad. La caída del nivel de actividad, y por tanto de las ventas, incidirá sobre la capacidad de las empresas para fijar el precio de sus ingresos, aunque dependerá del sector o rubro. Si la cantidad demandada cae en una proporción mayor a la suba de los precios de sus productos, las consecuencias sobre la facturación serán negativas. Por lo cual, la actividad de fijar precios, será crítica en el proceso que se ha inaugurado en enero. Trabajar inteligentemente en este aspecto será clave. Por su parte atender la evolución de los costos, monitoreando y gestionando la evolución de los principales componentes del costo de la mercadería vendida y los gastos.
Las que hayan desarrollado los mercados externos, con nuevos niveles de competitividad precio, podrán aspirar a incrementar sus ventas y buscar nuevos mercados. Las que sustituyen importaciones y tienen un bajo contenido importado en sus bienes, aprovechar los nuevos espacios de rentabilidad que se generan y hacer crecer sus ventas.
Para aquellas empresas que puedan pensar en renovarse para volver a crecer, es un tiempo apropiado, ya que los momentos de desaceleración, es donde sale lo mejor de cada uno que impulsa el cambio e innovación.
En definitiva, monitorear y gestionar la evolución de los costos, tener clara la rentabilidad deseada, fijar precios con fundamentos propios y ajustar el manejo financiero serán cuatro actividades de práctica intensiva durante los próximos meses. La otra, estar lo más cerca posible del cliente, escuchando y proponiendo.